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martes, 19 de octubre de 2010

Razones para acabar con la barbarie taurina

por Fran J.R León

Como paso previo a las razones que expondré me gustaría decir que pienso lógico obviar que somos abolicionistas porque estamos contra el maltrato animal, y solamente por esto es totalmente razonable pedir que se acaben los espectáculos taurinos donde sufra el animal. Pero si queremos abolir la barbarie taurina, hoy en Andalucía, debemos ser conscientes de que vivimos en una realidad concreta y responder con hechos. De esta forma seremos más coherentes, podremos reivindicar nuestras exigencias con más razones y será más fácil llegar a las capas populares del Pueblo Andaluz.

Me limitaré a dar algunas razones respecto a diferentes campos sociales mostrando las razones que defendemos y por las cuales estamos luchando hoy en día, pasando del romanticismo voluntarista a un movimiento organizado con razones de peso en cualquier aspecto de la vida cotidiana en Andalucía.
RAZONES ECOLÓGICAS:

Un gran pilar de esta reivindicación es el ecologismo. Debemos reivindicar un ecologismo consecuente, y me explico: Estamos acostumbrados a alardear, o ver alardear a todo el mundo de ser ecológicos. Sin embargo esos supuestos pensamientos no se llevan a la práctica de forma coherente: Derrochamos energía en casa, vamos al McDonalds a comer, no usamos ni reivindicamos la Soberanía Alimentaria, etc. Debemos tener una mentalidad ecológica desde que nos levantamos hasta que nos acostamos: Desde reciclar o gastar la energía mínima necesaria, hasta educar a nuestro entorno en la ecología. Por eso digo que debemos reivindicar un ecologismo consecuente. Abrir el debate en una sociedad donde se considera este tema como secundario. Entre estos puntos a concienciar, está la necesaria abolición de la tauromaquia. Más adelante tocaré de nuevo razones ecológicas.
RAZONES CULTURALES:

Para desmontar “el toreo” como “Cultura Andaluza” debemos conocer la Cultura Andaluza. No pretendo hacer una tesis doctoral ahora, pero hay que describir brevemente qué es y en qué situación está la Cultura Andaluza para abordar la situación. El cantautor andaluz Carlos Cano diría: “La canción española ni es canción ni es española: es copla y andaluza”. Esto podría resumir lo que ha pasado con la Cultura Andaluza: Nuestra historia ha sido y es cada día manipulada y ocultada, nuestras costumbres son pisoteadas y humilladas (el alegre andaluz, el vago que duerme siesta…). La humillación a nuestra Cultura llega a extremos tales como que nos dicen que nuestra forma de hablar está mal y sólo se acepta si es para hacer reír a la gente o cuando habla la “chacha analfabeta de Médico de Familia”… (Perdón por el excursus, pero: ¿Nueve millones de andaluces hablamos mal? No, perdone. Yo no hablo un mal castellano, sino un perfecto andaluz).

Con este breve resumen queda mostrado que los andaluces llegamos a desconocer nuestra Cultura, y asumimos la que nos imponen, hasta el punto de humillarnos a nosotros mismos (¿Quién no ha oído alguna vez esta frase de “bueno, es que yo soy vago porque soy andaluz…”?). Es aquí donde entra la tauromaquia: Dentro de la cultura impuesta y manipulada de lo que es Andalucía, la tauromaquia es un pilar, siendo Andalucía como dicen desde el conservadurismo “la región más española de todas” (Claro, si España es “sevillanas, toros y olé”, dudo que los cántabros se identifiquen con tales cosas más que los andaluces).

No se me olvidará hablar en este apartado sobre la “cultura” que nos han arraigado a los andaluces y andaluzas del, irónicamente, “bello arte de matar animales”. Y es que entre la cultura andaluza parece que tener la cabeza de un toro colgada en un bar le da más categoría, pero no menos, supongo, que asesinar un lince con una escopeta. Y es que el 80% de los linces necropsiados en nuestra tierra tienen restos de munición en su cuerpo. Por ello nuestra labor es concienciar, más y más, a la sociedad andaluza, pero también denunciar estos hechos.
RAZONES ECONÓMICAS:

Hay muchas razones para acabar con la tauromaquia, económicamente hablando. Me centraré fundamentalmente en tres aspectos:
- Latifundios
- Empresas multimillonarias

- Dinero público para “la fiesta”
Latifundios: Hemos hablado de la cultura andaluza y de la falta de Soberanía Alimentaria como parte del ecologismo. Los latifundios, entre otras cosas, forman parte de este problema.

Andalucía, tópicamente, es sinónimo de latifundios y cortijos. Esto significa una opresión social, la típica de ricos y pobres. Pero también el latifundio es una realidad antiecológica, conforme hay enormes extensiones dedicadas sólo a sembrar pastos para estos toros, mientras importamos productos (alimenticios, algodón, etc.) de otros lugares tercermundistas, quitando tierras de labor a territorios de por sí oprimidos, y quitándonos la posibilidad de cultivar nuestra propia comida. Sin contar el coste, monetario y ecológico, del transporte de dichos productos venideros de otros continentes.
Empresas multimillonarias: El argumento de muchos taurinos es la falacia de que la tauromaquia da muchos empleos y riqueza. Sin embargo, ni da tantos empleos, ni están tan bien remunerados, ni la riqueza va a parar a los bolsillos del pueblo llano. La realidad es que se trata de empresas multimillonarias, en ocasiones multinacionales, las que disfrutan de los beneficios que dan estas masacres: Desde los toreros que luego salen en los programas basura de TV, hasta los que no salen en la tele, dueños de las fincas, los toros, las plazas…
Dinero público para “la fiesta”: De lo dicho anteriormente, muchos de los supuestos beneficios que da la fiesta vienen de parte del propio gobierno español, andaluz, provincial o local. Ya sea en forma de subvenciones millonarias, los miles de euros que se gasta la TV pública (y por tanto de todos y todas) en emitir en horario infantil la masacre de estos animales, o incluso comprando ayuntamientos, diputación y Junta de Andalucía una buena parte de las entradas, para regalarlas a “la creme de la creme” de esta injusta sociedad.
ACABAR CON LA TAUROMAQUIA COMO PRINCIPIO DEL FIN DEL MALTRATO ANIMAL

Estas tres pinceladas que he mostrado, en los planos ecológico, cultural y económico, complementan la razón fundamental humana, que nos llama a acabar con las barbaries del pasado (esclavismo, racismo, sexismo o maltrato animal, entre tantos ejemplos). Nuestra reivindicación debe basarse en que buscamos una sociedad más justa y eso no se puede conseguir si nos anclamos en unas anquilosadas costumbres que hace dos siglos ya se intentaron abolir, en nombre del progreso, si nos remitimos al Estatuto de Bayona de 1808, en el que ya José Bonaparte en el trono español declarara estas fiestas como bárbaras y las prohibiera constitucionalmente. Recapitulando, tras la abolición, que más tarde o más temprano conseguiremos, deben llegar otras luchas en pro de conseguir un mundo más justo, tanto con los animales como con las mismas personas.

Por estas razones, y muchas más:

¡ANDALUCÍA ANTITAURINA!

¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE DE MALTRATO ANIMAL!

3 comentarios:

  1. Llenariamos millones de páginas dando razones para acabar con la barbarie taurina, pero estoy cansada de repetir lo que es EVIDENTE, lo que no hay que argumentar, estoy cansada de esta espiral dialéctica de argumentos. LA RAZON NO NECESITA ARGUMENTOS. La Verdad está con nosotros. Ellos podrán inventar y reinventar mil razones que justifiquen lo que no se puede justificar pero LA JUSTICIA con mayúscula existe , tiene que existir, y esto tiene que terminar tarde o temprano.

    Pienso que los que dicen le "gustan" los toros estan ciegos. No miran al toro, no sienten , pienso que estan enfermos; tal vez, lo que necesitan es que se les despierte.
    Hace unos dias hablando con una persona joven que dice que le gustan los toros, le pregunté ¿pero cómo puedes soportar ver la imagen del toro martirizado, ensangrentado agonizando? y me contesta; "ah¡ es que yo no miro al toro". ¡No MIRA AL TORO¡. Esa es la clave para no sentir dolor. Por eso pienso que hay que decirle a los aficionados y a los indiferentes MIRA AL TORO, y dime ¿qué sientes?

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  3. A los que se sienten identificados con el iluminado que posee la Verdad Absoluta por la Gracia Divina:

    ¿Con que derecho moral podéis calificar las corridas de toros como barbarie, y su eliminación como civilización? ¿Estáis por encima intelectualmente del resto de personas de ahora o del pasado que asisten a ellas y/o se muestran tolerantes a su permanencia? Personalmente creo que no habéis llegado a comprender el significado de una "fiesta". Las corridas de toros tienen su sentido y su significado, mucho más firmenente sostenido que vuestra lucha contra "la muerte" por el mero hecho de ser un acto público en la era de la carne envasada y la muerte desnaturalizada de un animal.
    Las fiestas taurinas están impregnadas de todo un complejo cultural en sus fases que se remonta al ciclo de la tierra, de la vida, en un profundo sentido cosmológico que tiene toda una filosofía detrás que no es moderna ni mucho menos. Vosotros que os arrogáis "la Verdad" sois los primeros que no ejercéis la libertad ni el pensamiento crítico. Os aferráis a un dogma, el de "la no tortura", aunque sea poniendo en vuestros pasquines un ridículo "nooo" a un toro en pleno trance de muerte. Toro que, desde luego, os da igual que luego se creme, en lugar de ser un acto de celebración colectiva: reunirse toda la población para comer gracias al toro sacrificado. Curiosamente, en la antigüedad "bárbara" a vuestros ojos "civilizados" pero desnaturalizados del siglo XXI la carne consumida procedía en su práctica totalidad de sacrificios: era una muerte sagrada, valorada y apreciada por todos por su esfuerzo, como cuando los indios ahora tan famosos al matar a los animales les pedían perdón. La vida también conlleva la muerte, pero no todas las muertes son iguales.

    Ah, y por cierto: no se a que viene mezclar todo con Andalucía. Máxime, en Almería, que hace 30 años no era ni mucho menos parte de ella, pero lo dáis por hecho porque es una Verdad.

    Esa es mi opinión, dejadla o borradla si no es acorde con vuestros intereses. Pero espero que al menos alguien se anime a leerla y a reflexionar de que no todo es "la muerte es mala" como dogma universal.

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